Cocinadas despacito y con cariño no deben deshacerse.
Su relación calidad precio es buenísima y en los mercadillos es la que más se compra para uso frecuente, bien para estofados, como para guarnición o ensaladas.
Podemos decir, sin miedo a equivocarnos que las recetas con ellas son infinitas, y a lo largo de toda la geografía ibérica se acompaña con innumerables ingredientes.
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